miércoles, 22 de octubre de 2014

COMO APRENDEN LOS NIÑOS 

                          El preescolar el niño adquiere hábitos que                            facilitan su aprendizaje.



¿Qué habilidades trata de desarrollar la escuela en su hijo? ¿Qué aprende? ¿Cómo son los juegos organizados por la maestra? ¿Y el recreo? Cuando llega a la edad preescolar, el niño está listo para habitar un mundo más extenso que el que representa su familia
En la escuela el niño adquiere nuevos conocimientos, aprende a adaptarse y a desarrollar habilidades sociales, a formar parte de un grupo, a trabajar en equipo y a hacer amigos.
El preescolar le da experiencias y oportunidades que son difíciles de tener en casa: un espacio amplio para correr, juegos como resbaladillas y columpios, materiales especiales para favorecer el aprendizaje, elementos variados para construir y crear.

En el preescolar el niño adquiere hábitos que facilitan su aprendizaje 
El orden físico del lugar y la organización del tiempo le ayudan a trabajar y aprender con mayor facilidad. La escuela exige al niño competencias que complementan las que ha desarrollado en casa: tiene que concentrarse y poner atención, estarse quieto, entender, recordar, seguir instrucciones, respetar horarios y someterse a una disciplina.


En la escuela el niño aprende a ser miembro de su cultura y de su país 
Este es uno de los objetivos más importantes de la escuela: darle al niño la educación que es común a los miembros de su misma cultura; ofrecerle los aprendizajes básicos de lenguaje, lectura y escritura, de historia, de matemáticas y de la vida en relación con la naturaleza y con su medio social. En el preescolar comienza a formarse la identidad comunitaria y nacional del niño.

Un buen preescolar apoya al niño en el desenvolvimiento de sus capacidades:

• Desarrolla su destreza física. La danza y los juegos que involucran movimientos corporales, cada vez más complejos, lo preparan para el deporte. También emplea su habilidad manual para realizar diversas actividades, armar rompecabezas, construir con diferentes materiales y más tarde escribir.


• Enriquece su expresión creativa. 
Respeta su trabajo personal y sus ideas para animarlo a seguir manifestándose con espontaneidad. El niño juega, dibuja, modela, hace música, cada vez con mayor libertad.



• Lo ayuda a entender mejor el medio que le rodea. 
En la escuela, la comprensión del niño se va extendiendo en círculos cada vez más amplios. Desarrolla valores, conocimientos y habilidades útiles para observar, entender y cuidar su ambiente natural, para convivir con otros y participar en proyectos grupales.



• Estimula el uso del lenguaje. 
En el preescolar, el niño tiene que hablar y escuchar. Su vocabulario se enriquece al jugar con los compañeros, al escuchar a su maestra leerle o narrarle cuentos, al cantar canciones o aprender poemas.


Cualquier asunto puede ser tema de conversación: las fiestas de la comunidad, las frutas de la estación, los animales o las nubes. Hablar y escuchar lo prepara para la lectura y la escritura.

• Inicia al niño en sus primeros contactos formales con las letras y los números. 
No se trata tanto de enseñarle a leer sino de ponerlo en relación y despertar su interés por el lenguaje escrito. Se trata también de introducirlo en el mundo de las matemáticas descubriendo relaciones entre los objetos: en qué se parecen, en qué son diferentes, cómo ordenarlos o cómo contarlos. El preescolar prepara al niño para la primaria, forma su mente y sus actitudes hacia el conocimiento.


En esta etapa es importante lo que el niño aprende, pero mucho más su entusiasmo por saber y experimentar
Cuando promovemos el aprendizaje del niño en edad preescolar le abrimos enormes posibilidades para desarrollar su inteligencia. El trabajo del maestro es estimular su pensamiento, animarlo a observar y preguntar; ofrecerle experiencias diversas para percibir con los sentidos, utilizar las manos, los ojos, los oídos y la voz; desarrollar su imaginación, creatividad y sociabilidad. El trabajo de los padres es darle estímulos que refuercen y amplíen los conocimientos y destrezas que le propone la escuela y ayudarlo a sentirse seguro, capaz, satisfecho e interesado.

Escuela y familia trabajamos juntos en favor del niño
Padres y maestros necesitamos establecer una relación armoniosa, comunicarnos y apoyarnos mutuamente para que el niño se sienta tranquilo y aprenda sin problemas. Nuestro hijo debe saber que sus padres y su maestro trabajamos juntos para que la escuela sea agradable e interesante para él. Es conveniente hacer alianzas con el maestro, mantenernos al tanto de los avances de nuestro hijo y colaborar en las actividades escolares. Nunca debemos hablar mal de los maestros con nuestro hijo ni avalar las quejas del niño a menos que lo notemos angustiado o sospechemos de alguna situación grave, lo cual es indispensable atender y resolver de inmediato

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